Hagamos que tener una vida digna deje de ser cuestión de suerte
Desde Cáritas Diocesana de Tenerife queremos ser parte activa de esa transformación. Lo hacemos acompañando, defendiendo derechos, generando oportunidades, dando calor humano donde el sistema no alcanza
En Cáritas Diocesana de Tenerife nos unimos a la campaña nacional de Cáritas Española con una convicción profunda: la dignidad no puede depender del azar. No debería ser cuestión de suerte nacer en un barrio u otro, tener o no acceso a una vivienda, encontrar un empleo estable o contar con una red de apoyo que sostenga en los momentos difíciles. Y, sin embargo, en Canarias -como en tantos otros lugares- esto sigue siendo una brecha dolorosa que divide vidas, oportunidades y horizontes. Nuestra tierra, hermosa y frágil, está marcada por desigualdades persistentes.
El coste de la vida, las dificultades para acceder a una vivienda digna, la temporalidad laboral, la soledad no deseada, la pobreza energética o la brecha digital son realidades que escuchamos cada día en nuestros equipos parroquiales, arciprestales o diocesanos. No son estadísticas: son rostros, historias y nombres. Es la madre que encadena contratos por horas; el mayor que vive solo, entre pensiones insuficientes y recibos imposibles; el joven que sueña con quedarse en su isla, pero no puede permitírselo; las familias que destinan más de la mitad de sus ingresos al alquiler; los nuevos pobres que nunca pensaron que llamarían a nuestra puerta.
Construir con estructuras justas
Por eso esta campaña es necesaria y urgente. Nos invita a reconocer que la dignidad no se improvisa: se construye con estructuras justas, con políticas valientes, con comunidades que cuidan y que no dejan a nadie atrás. Nos recuerda que la solidaridad no es un parche para la desigualdad, sino un camino para transformar la realidad desde el amor social que el Papa León XIV nos propone.
Desde Cáritas Diocesana de Tenerife queremos ser parte activa de esa transformación. Lo hacemos acompañando, defendiendo derechos, generando oportunidades, dando calor humano donde el sistema no alcanza. Pero también lo hacemos invitando a la sociedad canaria -instituciones, empresas, ciudadanos, parroquias y colectivos- a mirar con verdad lo que somos y lo que podemos llegar a ser. No basta con atender la urgencia: hay que apostar por la justicia.
En esta Navidad, queremos que en Canarias nadie tenga que jugarse su vida digna a la lotería de la suerte. Hagámoslo posible juntos. Cada gesto cuenta, cada mirada importa, cada compromiso suma. Porque cuando la dignidad se reconoce, se protege y se comparte, nuestras islas se convierten en hogar para todos. Tu compromiso hace que la dignidad deje de ser un privilegio y se convierta en derecho.



